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CAPÍTULO XI, HIGH BALL POKER
High ball Poker:
El juego "High-ball Poker'" es esencialmente estadounidense, tanto en origen como en carácter. Es algo más simple que el juego del Poker en sí mismo, aunque no tiene ventaja alguna sobre el juego jugado Con cartas. Por otro lado, los accesorios necesarios para jugar son mucho más caros y menos convenientes. Posiblemente la idea de su introducción surja del hecho de que la manipulación fraudulenta de las cartas en el Poker se hizo muy notoria y se esperaba que este tipo de cosas se pudieran obviar con el empleo de una bola en lugar de una baraja. Sin embargo, es mucho más posible que esta variedad del juego presentara ciertas ventajas para el tahúr que el otro tipo no poseía, de ahí su popularidad en ciertos sectores. Sería sin embargo arriesgado dar una opinión en uno u otro sentido. Lo que nos debe importar es que hacer trampas en este juego es sencillo y tolerablemente seguro. No se requiere por parte del tahúr ninguna habilidad especial, únicamente un pequeño accesorio que le permitirá ganar cuándo lo desee, siempre que consiga que alguien juegue contra él.
Se juega con una botella de cuero parecida a la que se usa en el "pool" aunque con el cuello más pequeño. En esta botella se colocan veinticuatro bolas de aproximadamente una pulgada de diámetro, cada una de las cuales es consecutivamente numerada del uno al veinticuatro. Los jugadores se sientan alrededor de una mesa, organizando las apuestas del mismo modo que en el Poker. El jugador a quien le corresponde el turno de repartir, agita las bolas en la botella y reparte una cada uno de ellos incluido a sí mismo, no se permite que ningún jugador vea las bolas repartidas a los demás. Los jugadores miran la bola que cada uno de ellos ha recibido y anotan el número que les ha correspondido y consecuentemente hacen sus apuestas aceptando o declinando jugar. Una vez hecho esto se reparte una segunda bola a cada uno de los jugadores, las dos bolas así recibidas constituyen su mano. Se procede ahora a realizar las apuestas del mismo modo que en el Poker, siendo las reglas del juego exactamente las mismas, excepción hecha de que las bolas se clasifican por su valor numérico y que las complicaciones que surgen en jugadas como parejas, trío, poker, o color no pueden suceder. Los jugadores que tengan una mala mano abandonarán el juego por el momento, sacrificando las apuestas que lleven puestas en el bote comunitario. Aquellos que consideren que sus manos son lo suficientemente buenas como para apostar, permanecerán en el juego y subirán las apuestas entre sí. Si un jugador sube las apuestas y consigue echar al resto de jugadores, cobrará lo acumulado en el bote sin necesidad de enseñar su mano. Si por el contrario uno de los jugadores acepta la subida, las manos deben mostrarse, ganando la totalidad de las apuestas la mejor de ellas.
El lector se habrá dado cuenta que pueden hacerse varios tipos de trampas en relación a este juego. El croupier o repartidor, al colocar las bolas en la botella puede amañárselas para ocultar un número alto, manteniéndolo fuera por el momento y repartiéndoselo después a sí mismo en lugar de uno bajo. En una confabulación entre dos o tres jugadores, nada sería más fácil para ellos que señalarse unos a otros el valor sus respectivas manos, llegando así a un conocimiento bastante aproximado de a que manos deben enfrentarse. Actuarían entonces de acuerdo a la información así obtenida tirando sus manos o subiendo las apuestas de acuerdo a la calidad de sus respectivas manos. Si además de esto cada uno de los conspiradores va provisto de duplicados de las dos o tres bolas de valor más alto, el que posea la mejor mano de entre ellos, puede sustituir el número más bajo de su propia mano por aquel más alto de una de las manos de sus cómplices, convirtiéndose con toda probabilidad en ganador de la jugada. Mientras tanto su cómplice sustituye su mejor número por aquel descartado por su compañero de fechorías. No se requieren muchas bolas duplicadas, bastará con dos o tres de los números más altos.
No obstante, existen muchas objeciones a manipulaciones de este tipo, sobre todo si se tiene en cuenta que la trampa puede lograrse de modo mucho más simple y efectiva mediante medios mecánicos. El método normalmente usado para hacer la trampa adopta la forma de un holdout de botella (1), que permite retener algunos de los números más altos y entregarlos después a cualquiera de los jugadores a voluntad del croupier.
fig. 61
Este holdout está por supuesto oculto dentro de la misma botella, y se activa mediante presión sobre los laterales de la misma ligeramente flexibles. La figura 61 representa una de este tipo de botella, cuya pared ha sido recortada para permitir que se vea el holdout. En A se representa la posición de los distintos elementos del holdout en el momento en el que está inoperativo reteniendo las bolas. En B se representa la posición que ocupan estos elementos cuando se presionan los laterales y el momento en el que el holdout está recibiendo o entregando las bolas ocultas.
El holdout en sí mismo consiste en una especie de pala o cucharón que pivota sobre un soporte de tal modo que quede vuelto contra una de las paredes de la botella o quede plano y abierto bajo el cuello de la misma. Este cucharón tiene una palanca saliente contra la que de forma constante presiona el muelle d, reteniendo el cucharón en contacto contra una de los lados de la botella. En el extremo de esta palanca se une una varilla r, cuyo extremo más alejado llega al lado opuesto de la botella. Si el croupier o repartidor aprieta la botella, la presión se transmite a la varilla y a un punto posterior del soporte en el que pivota el cucharón, es decir entre b y d. El extremo de la palanca es presionado contra la pared de la botella y consecuentemente el cucharón pivotará hacia abajo hasta la posición mostrada en B. la totalidad de las partes móviles del holdout junto con el interior de la botella está pintado de negro con lo que se evita cualquier posibilidad de que el dispositivo pueda verse al mirar por el cuello de la botella.
Al introducir las bolas en la botella, el croupier observa cuidadosamente el valor de las mismas. A las de valor bajo se les permite caer de manera normal, pero cuando va a introducirse una bola de valor alto, se aprieta la botella del modo indicado más arriba, con lo que el cucharón baja y la bola cae en el interior del holdout o reserva. Al repartir las bolas, el aparato es usado del mismo modo. Las bolas de valor bajo se dan a los incautos, pero al repartir a un compinche o a sí mismo, según sea el caso, el tahúr presiona sobre la botella repartiendo únicamente bolas de valor alto. Como regla general suele retenerse en el holdout únicamente una bola de valor alto.
No hay mucho más que destacar sobre este juego, aparte del ingenioso holdout y el mucho dinero que puede ganarse con su empleo. Ya que es obvia la necesidad de incluirlo entre las explicaciones dadas en este libro y puesto que no existe una sección temática a la cual pueda referirse el asunto, ha tenido, aunque sea de forma indigna la distinción de tener un capítulo propio (2).
Notas:
1 Un holdout es un mecanismo que permite retener o mantener oculto momentáneamente a voluntad un objeto, ya sea una carta o como en este caso varias bolas.
2 Resulta extraño, que Maskelyne como parece indicar en este párrafo dedicara de mala gana todo un capítulo a una variante del Poker totalmente desconocida, y no dedicara ni una sola línea de su libro al Poker tradicional tan de moda en la época del autor, siendo además un juego en el que abundaban multitud de tahúres y tramposos.