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CAPITULO VI, TECNICAS DE MANIPULACION.
Muchoslectores al leer por primera vez este libro indudablemente tendrán la impresión de que las revelaciones más importantes que contiene son aquellas relacionadas con los accesorios usados por el tahúr a la hora de hacer trampas a ingenuos e incautos. Pero cualesquiera que hayan sido las ideas preconcebidas, los detalles de simples manipulaciones están lejos de ser las más importantes para el tahúr en el ejercicio de su profesión. Esto debe por supuesto entenderse como una observación general que no debe aplicarse a casos particulares. El tahúr inglés de poca categoría, por ejemplo, depende por completo de ciertas manipulaciones para engañar los sentidos de sus bobos. Existen algunas técnicas de prestidigitación y sutilezas que únicamente se practican por los tahúres de alta clase. La regla es sin embargo que las técnicas manipulativas sencillas están en gran medida obsoletas, al menos entre los que buscan estafar a buenos jugadores de cartas. Los métodos de prestidigitación son más comunes y conocidos por el público que antaño, lo que va en contra del tahúr. Con el prestidigitador las cosas ocurren de otro modo, es cierto que muchas personas están en mejores condiciones de formarse una mejor idea acerca de cómo se realizan los juegos respecto a épocas pasadas, pero aun así perdura la ventaja de que también son más capaces de valorar su habilidad e ingenio. Por lo tanto, es el más beneficiado por la difusión de esta forma particular de conocimiento. El pobre tahúr es quién más se ha perjudicado por la ilustración del público, sus costumbres han caído en los ásperos lugares de antaño, pero difícilmente puede decirse que no se haya demostrado a sí mismo estar a la altura de las circunstancias. Cuando se le hace jaque mate en un sentido, generalmente es capaz de desviarlo en su propio beneficio en el sentido contrario.
En la actualidad, especialmente en los juegos de cartas siempre existe el riesgo de que se recurra a técnicas de manipulación. Existe también la probabilidad siempre presente de que alguno de los contrincantes del tahúr tenga los suficientes conocimientos como para detectar sus manipulaciones en las cartas. Este vive angustiado por la posibilidad de que ojos de tahúr le observen cada movimiento, y sabe muy bien que nada puede hacer a este respecto sin movimientos que un ojo experto puede detectar instantáneamente. Una vez descubierto que hace trampas su reputación se esfuma y ya no puede esperar encontrar bobos entre sus anteriores conocidos. Debe buscar "nuevas tierras y nuevos pastos". Si la buena reputación es apreciada por un hombre honesto, lo es mil veces más por el tahúr. Una vez que ha perdido su reputación por lo general tiene que depender del azar, mientras que de otro modo podría mantener un círculo habitual de clientes de los que vivir con facilidad y comodidad.
Como dijo un tahúr profesional a un joven al que estaba aleccionando en el arte del engaño:
"Los mejores jugadores, (no se definen a sí mismos como tahúres), juegan con cartas honestas, y sólo por ser maravillosamente perspicaces hacen que su cerebro les haga ganar en lugar de hacer trampas con la baraja. Juegan asociados, (en secreto), y son invencibles porque conocen cualquier tipo de estafa y pueden por ello protegerse de ser engañados. Los jugadores de más éxito se encuentran entre esta clase, aunque casi todos ellos pueden hacer maravillas con una baraja".
El siguiente mejor tipo de jugador es el que usa cartas bien marcadas, muchos de ellos usan barajas que nadie que no conozca el secreto podría desvelar en toda una vida, (por ejemplo, el sombreado por líneas de la página 51). Estos jugadores están seguros de ganar únicamente colocando sus propias cartas en el juego.
Después de éstos existe el tipo llamado como repartidores en segunda, repartidores de abajo, y aquellos que manipulan la baraja para ganar, éstos, a largo plazo siempre son descubiertos (1).
Así pues, como se pone de manifiesto en palabras de un experto, podemos formarnos una idea relativa al valor de las técnicas de manipulación en comparación a otros métodos en manos del tahúr.
Para tratar a fondo esta rama de nuestro tema sería necesario un libro de texto acerca de las técnicas de manipulación, casi todos los trucos hechos en pareja pueden servir al propósito de hacer trampas. Pero ya que muchos excelentes tratados sobre esta materia son fácilmente accesibles para el público, sería superfluo dar al lector una idea general sobre esos métodos que el tahúr ha hecho particularmente suyos. Incluso entre los aquí expuestos. Muchos accesorios están quedándose rápidamente obsoletos, de otros se duda, hasta que punto son usados actualmente. En el tahurismo como casi en todo lo demás "el viejo orden pasa a dar paso al nuevo". Es el lector quién debe juzgar por sí mismo cuál de estos accesorios le engañarían personalmente, esto le ayudará a comprender cuál de ellos tendría probablemente el mismo efecto sobre las demás personas, de este modo llegará a la conclusión tolerablemente aproximada de cuáles son las probabilidades de que un truco en particular esté en uso o desuso. El autor siendo pájaro demasiado viejo como para ser cogido en tal burla, no es lo suficientemente competente para formarse una opinión al respecto. En su caso la confianza si es que no ha engendrado el desprecio, ha al menos relativizado el debido reconocimiento al mérito y ventaja relativos a las variadas trampas. Vistos al trasluz de las experiencias pasadas, todos parecen ser del mismo matiz, teniendo cada uno de ellos poca individualidad propia. Para el lector es con toda probabilidad diferente, suponiendo que posee un conocimiento casual de este tipo de destreza manual, se enfrentará al asunto sin ideas preconcebidas por lo que los detalles alcanzarán proporciones apropiadas.
Notas:
1 Es curiosa la observación de que los tahúres que usan técnicas de manipulación son descubiertos tarde o temprano. Esto es discutible sobre todo porque pone como ejemplo del tahúr más profesional a aquel que usa cartas marcadas. Cierto es que muchos tahúres usan naipes marcados, aunque esto es infinitamente más arriesgado que cualquier otra técnica de cartomagia, ya que las cartas marcadas son una prueba evidente del engaño, mientras que la sospecha de que se están usando técnicas siempre será nada más que una sospecha, ya que la técnica de manipulación no deja evidencias. El viejo dicho entre tahúres viene a apoyar este criterio: "Después del corte no existen trampas".
Si clasificásemos los diferentes métodos de hacer trampas en tres categorías principales:
- Asociación y colusión,
- Trampas mediante cartas marcadas
- Trampas mediante técnicas de manipulación,
No podríamos establecer de hecho que categoría es superior a las otras. Si que sería posible comparar estrategias individuales de cada una de las categorías de métodos de engaños y clasificarlas de acuerdo a su primitivismo o propia de aficionados o técnicas superiores actuales propias del verdadero tahúr. El profesional del engaño debe conocer multitud de métodos, técnicas, conocimientos psicológicos y de manipulación de voluntad, debe tener empatía y don de gentes, así como ser capaz de leer la personalidad de sus contrarios. Debe saber así mismo en que momento es más adecuado aplicar cada una de estas técnicas para obtener el máximo beneficio con el mínimo riesgo.