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CAPITULO III CARTAS MARCADAS, MODO DE USARLAS
C - Marcado por punción:
El principal argumento de este tipo de marcado se comprenderá en base a lo ya dicho. Si las marcas sin barnizar se representan por puntos diminutos, el principio es prácticamente el mismo. La única diferencia tiene que ver con el marcado por punción. En este caso la marca se hace puncionando con una aguja muy fina sobre la cara del naipe, lo que hace que sobresalga por su dorso un punto o rebaba diminuto, el cual puede ser detectado pasando la yema del pulgar por el dorso de la carta mientras se reparte.
Se divide una lámina de metal del tamaño de un naipe por cada uno de sus lados en paralelogramos tal y como se muestra en la figura 4, las distintas divisiones representarán la posición ocupada por el punto o rebaba que representa cada uno de los palos o valores de los naipes. Se hará un agujero pequeño en el centro de cada uno de los paralelogramos, la lámina hará las funciones de plantilla, por medio de la cual las cartas se puncionarán en el lugar adecuado para cada uno de los distintos palos y valores. La plantilla se coloca sobre la cara del naipe, y a través del agujero adecuado, se pasará una aguja fina que se presionará lo suficiente para marcar con la rebaba correspondiente el dorso de la carta. Un punto en cada extremo será suficiente para marcar todas las cartas de una baraja de Piquet. Si tienen que marcarse las cartas inferiores a siete se deben hacer dos puntos. Por ejemplo, un punto en la esquina superior izquierda junto con un punto tres divisiones más a la derecha indica el seis de tréboles. Un punto en el segundo espacio de la misma línea junto con un punto en el quinto espacio indicará el cinco de tréboles y así sucesivamente. Este es un buen sistema de marcado para cualquier circunstancia, la baraja completa puede marcarse en un corto espacio de tiempo. Las marcas son invisibles, (1) y escaparán al escrutinio más exigente. Aunque para leer las marcas con precisión es necesaria mucha práctica para que el tacto sea lo suficientemente sensible para discriminar delicadamente entre las pequeñas diferencias de altura.
Otro método mediante el cual sólo se necesita un punto para indicar tanto el palo como el valor de cualquier naipe se muestra en la figura 5. En casi todos los dorsos ornamentales existe una porción del diseño que tiene forma radial o de abanico. Si por casualidad este patrón contuviera trece divisiones, nada más fácil que asignar a cada uno de ellos el valor de un naipe, representando entonces el palo por un punto que varía de posición para cada uno de ellos. El palo se representa colocando el punto más o menos lejos del centro, la figura 5 ilustra este procedimiento en su forma más simple. Un punto colocado en la periferia del diseño representa el palo de picas, un punto apenas en el interior representa un corazón, un punto a medio camino entre las dos líneas representa el palo de diamantes y un punto cerca del circulo interior representa el palo de tréboles. El valor del naipe es mostrado por la línea radial opuesta a donde se coloca la marca. Siguiendo esta explicación el lector se habrá dado cuenta de que la carta representada en la figura cinco es el dos de diamantes.
fig. 4
fig. 5
Por supuesto, ocurre con frecuencia que ninguna parte del diseño del dorso contiene trece divisiones, en ese caso debe usarse más de una parte del diseño o variar la forma de la marca. Suponiendo que hubieran nada más que seis divisiones disponibles para nuestro propósito, marcaremos las cartas de valor más alto con un punto, las seis siguientes en valor decreciente con un guion y la última de ellas con una diminuta cruz.
Notas: (1) Las marcas pueden hacerse más invisibles si cabe, si se hace coincidir las mismas con líneas oscuras del diseño de la cara del naipe, ya que en zonas blancas pueden ser mucho más patentes.