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shellgame Espero que disfruteis de la lectura de la traducción que he hecho del "Sharp and flat" de John Nevil Maskelyne.

He liberado también todo el apartado de técnicas cartomágicas. Proximamente liberaré otras lecturas igual de interesantes para que continúeis profundizando en este apasionante mundo de la cartomagia y del tahurismo. Un abrazo.

                                                                      Antonio.

 

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CAPÍTULO II, ESTAFADORES COMUNES Y SUS TRUCOS

El truco del monedero:

Si buscamos en el hipódromo estamos seguros que encontraremos el truco del monedero. Muchas personas parecen ganarse la vida con él, aunque su ejecución no reviste mucho misterio, se realiza únicamente con técnicas de prestidigitación. Todos conocemos el truco del monedero que pretende contener media corona y un chelín que el vendedor ofrece por la cantidad de seis peniques o menos. Es un truco extraordinario, sin embargo muy pocos conocen en que consiste. En beneficio de aquellos que lo desconocen se ofrece la breve descripción que sigue.

El vendedor arroja media corona y un chelín al interior de un monedero barato, pidiendo por el conjunto de seis a dieciocho peniques. A veces cuándo se compra el monedero encontramos que realmente contiene la cantidad tan ostensiblemente colocada en él; que duda cabe de que en esta ocasión el comprador es un compinche del estafador. Si el monedero es comprado por un extraño contendrá un penique y medio. El operador realmente lanza la corona y el medio chelín al interior del monedero en varias ocasiones, devolviéndolos a su mano para demostrar la autenticidad de la transacción, como variante puede hacerlas girar en el aire y cazarlas al vuelo con el monedero. En el momento de la venta, aunque aparentemente nada parece haber cambiado lo más mínimo, la transmutación de los metales se convierte en una realidad, la plata se ha convertido en bronce.

El hombre tiene ante sí una bolsa de dinero en la que continuamente introduce sus manos con el objetivo de sacar o meter monedas. Esta bolsa parece contener sólo monedas de plata, pero existe una capa de monedas de metal menos noble bajo la primera. Por lo tanto, al coger media corona nada es más fácil que empalmar a un tiempo un penique, que será el que vaya al monedero al tiempo que la media corona se empalma, aunque sólo por el momento, ya que inmediatamente se dejará caer en la bolsa. Para cuando la mano del hombre cae junto a su costado, ésta ya se encuentra vacía. Este es uno de los métodos, otro sería coger la media corona y el penique juntos en la punta de los dedos, el penique bajo la media corona está oculto a la vista. Se deja caer el penique en el monedero al tiempo que se empalma la media corona. Estando la media corona y el chelín realmente en el monedero, el tahúr los sacará con el fin de mostrarlos a la multitud, pero al mismo tiempo dejará caer tres medios peniques que previamente mantenía ocultos. En ese momento aparenta lanzar rapidamente la media corona de plata al interior del monedero, cuándo en realidad la empalma. El sonido que producen los tres medios peniques que ya contiene el monedero al ser agitado, completa la ilusión.

Una variante de este engaño se hace a veces con un papel en el cual se encuentra envuelta una pieza de bisutería, las monedas van han ser colocadas en el papel de igual modo que se hace en el truco del monedero. Los tahúres dan a la multitud diferentes razones por el que venden a tan buen precio, una de las más comunes es que han hecho una apuesta a que el público es demasiado escéptico como para comprar dinero ofrecido de esta manera. Tal apuesta es tolerablemente segura, ya que por regla general el público únicamente es escéptico con aquellas cosas que son realmente genuinas. Debido a que el truco del monedero no es genuino o aparentemente factible, es el principal motivo por el que los estafadores siguen obteniendo compradores. Se trata del engaño que mejor acepta el público, cualquiera que sea engañado con él realmente se lo merece (1).

Notas: (1), Maskelyne se refiere con esta frase a que cualquier incauto engañado con este tipo de estafa se lo merece porque en realidad la ambición es el sentimiento que lleva a que el incauto sea engañado, ya que éste en realidad cree que a su vez está engañando al tahúr.