La inventiva del tahúr no tiene límites a la hora de diseñar las herramientas que faciliten su trabajo, buen ejemplo de ello son estos elementos vendidos por la firma norteamericana H. C. Evans & Co. de Chicago que en la década de 1920 vendía todo tipo de accesorios para tahúres. En España no han existido como en América del norte tiendas especializadas en materiales para realizar trampas, por los que éstos han sido tradicionalmente manufacturados por los propios tahúres, dando nacimiento a lo que en 1890 se conocía en nuestro país como "mecánicos", es decir el tahúr con inventiva, habilidad y capacidad de desarrollar los artilugios necesarios para facilitar su trabajo. Estos objetos suelen ser de apariencia normal y por lo general van acompañados de un objeto de igual características, pero sin trucar, que tras haber desplumado a los incautos pueda dejarse, tras ser cambiado por el trucado, para su examen si fuera necesario. Muchos de ellos llevan mecanismos secretos para su activación muy difíciles de detectar salvo por los entendidos. Algunos ejemplos, son los siguientes materiales diseñados para que el tahúr los pudiera llevar en el bolsillo; su inocente apariencia los hacía ideales para establecer improvisadas partidas en los lugares más inesperados como por ejemplo en el transcurso de un viaje en tren. El tahúr contaba con cómplices que una vez seleccionada la víctima en base a su indumentaria y actitud, simulaban jugar contra el tramposo que evidentemente les dejaba ganar hasta que el incauto se acercaba primero por curiosidad, y en busca de un poco de entretenimiento, los viajes solían ser largos, ya que los trenes en esa época alcanzaban velocidades de aproximadamente 40 km. por hora, después se animaba a jugar al ver la facilidad con que los "ganchos" del tahúr ganaban.
Lápices trucados: Estos lápices se vendieron hacia la década de 1930 en Estados Unidos con el nombre de rolling pencils. El set incluía un lápiz trucado y un lápiz normal. A veces se vendían con un tercer lápiz trucado con la suerte inversa al primero. Su aparente inocencia permitía establecer partidas con apuestas a casi cualquier juego y en cualquier lugar, ya fuera la barra de un bar o el asiento de un tren. Se hacía rodar el lápiz y se apostaba a que color sería el ganador, (el que quedaba cara arriba). Estos lápices permitían al operador controlar el color que iba a resultar ganador en función de las apuestas dependiendo de la forma en que fueran rodados. Estos lápices se incluyen entre los instrumentos llamados porcentuales, es decir aquellos que permiten ganar en una elevada cantidad de manos, pero no en su totalidad, ya que el resultado no puede garantizarse por completo, aunque otorgan la suficiente ventaja al tramposo como para obtener un sustancioso beneficio a la larga. Fueron vendidos hasta la década de 1960, época en la que las casas suministradoras fueron obligadas a no publicitar tan abiertamente sus productos.
Peonzas: Llamadas en Estados Unidos "put and take tops", (peonzas de poner y tomar), al igual que los lápices se trata de un objeto fácilmente transportable que el tahúr lleva con él y con el que puede formar una partida con apuestas en cualquier lugar. La peonza tiene numerosas caras que giran sobre un eje, estas caras van marcadas con las letras P o T más un número que actúa como multiplicador, la letra P proviene del verbo inglés "to put" y significa poner, la letra T proviene del verbo inglés "to take" y significa coger. El juego consiste en hacer un fondo o bote común a todos los jugadores dependiendo de lo que vaya determinando la peonza, por ejemplo, si la peonza marca p2 signinica put 2 y el jugador se ve obligado a poner en el pozo dos veces la apuesta mínima establecida previamente al inicio de la partida. Si por el contrario la peonza marca t3, "take3" el jugador debe retirar tres veces la apuesta mínima. Durante años fueron ampliamente usadas y fueron las responsables de la ruina de más de un incauto. Al igual que otros elementos de su tipo su aparente sencillez aleja la sospecha de cualquier forma de trucaje, sin embargo, nada más alejado de la realidad, ya que la parte superior se encuentra trucada de manera que dependiendo como se active favorecerá que gane el giro a la derecha o el giro a la izquierda de la peonza. Comúnmente una persona diestra, (la gran mayoría) hará girar la peonza a la derecha, por lo que el tahúr la preparará manipulando su parte trucada para que salga "put", con lo que el incauto tendrá que poner dinero en el bote. Posteriormente la hará girar a la izquierda para que salga "take" con lo que retirará dinero del pozo. El tahúr será lo suficientemente hábil para dar a la partida una apariencia de normalidad, dejando que el incauto gane de vez en cuando, para lo cual manipulará en secreto la tapa superior de la peonza para hacer ganar una u otra opción.
Existen otros tipos de peonzas que no van marcadas con P o T, (put and take), si no que llevan números impresos en su caras, en este caso cada uno de los jugadores coloca una cantidad fija en el bote ganando el que obtenga mayor puntuación, en caso de empate los jugadores deben de volver a poner en el bote la misma cantidad y se vuelve a girar la peonza. a veces el trucado consiste en que el tahúr empuje el eje completamente en su alojamiento, de manera que asome por el lado contrario, con lo que se invierte la opción ganadora, esto pasa desapercibido ya que los dibujos sobre las caras de la peonza son simétricos.
Ruleta de bolsillo Evans: Esta ruleta es un clásico de los aparatos trucados para tahúr, se comercializó al principio de la década de 1920, apareció en la página 41 del catálogo de 1918-1919 de H.C. Evans $ Co. Es una autentica máquina de hacer dinero para el tahúr callejero. Está construida en aluminio, mide 8,7 cm. de diámetro y pesa 170 gr. Está formada por dieciocho números, de los cuales nueve son rojos, (los de valor bajo), y nueve son negros, (los de valor alto). El tramposo puede controlar que grupo de números van a salir, es decir puede controlar si va a salir rojo o negro o números bajos o altos, a pesar de que el tahúr no puede controlar el número concreto, se asegura una ventaja importante al poder determinar si la jugada será baja/alta o rojo/negro, (ver funcionamiento). Al contrario que en una ruleta convencional el disco con los números no gira, haciéndolo en su lugar un rotor con 18 casillas destinadas a albergar la bola. No debemos olvidar que la ruleta fue un juego muy popular en Estados Unidos antes de que fuera desplazada por otros juegos como el Póker o el Blackjack.
La cascarilla para fichas, (chip cup): Este dispositivo se utilizaba por los croupier de las timbas para desvalijar la banca con ayuda de un compinche. Su aparente sencillez fue el descalabro de muchos banqueros, ya que actuando como un caballo de troya se usaba para sacar fichas de la banca. La cascarilla se diseña con el logotipo de la casa de apuestas o timba, se asemeja a simple vista a una pila de fichas colocadas unas sobre otras. Funciona de la siguiente manera:
El compinche del croupier apuesta a su jugada, por ejemplo, al Blackjack, la cascarilla que simula cuatro fichas, si gana, el croupier le paga de forma habitual con fichas normales. Por el contrario, si pierde, el croupier recoge la apuesta consistente en la cascarilla y secretamente a la primera oportunidad coloca dentro de ella cuatro fichas de gran valor, esto puede hacerse mientras recoge las apuestas perdedoras de los demás jugadores. Si no participan otros jugadores, el croupier en la acción de depositar la cascarilla en el casillero de fichas, pasa por un instante sobre las fichas de gran valor introduciendo cuatro de ellas en su interior. Pasado un momento, el compinche saca un billete por importe igual al simulado por la pila de fichas-cascarilla y pide cambio, el croupier le devuelve la cascarilla en cuyo interior van cuatro fichas de gran valor. De esta forma el compinche del croupier va retirando fondos de la banca sin que el establecimiento se aperciba de ello.
En las fotografías pueden observarse dos tipos de cascarilla, una más antigua hecha de latón con un reborde que actuaba como retenedor de las fichas de gran valor. La otra versión más moderna consiste en una copa hecha de material plástico deformable en cuya parte superior se ha pegado una ficha autentica y cuyos laterales han sido pintados simulando el canto de las fichas. El croupier presiona ligeramente sobre el lateral para mantener las fichas de gran valor en su interior, con ello se facilita notablemente la carga y descarga de las fichas respecto a la versión más antigua. En la última fotografía pueden apreciarse algunos de los anuncios que aparecieron en el catálogo de H.C. & Evans Co. de Chicago, empresa especializada en la venta de material para tahúres. Los anuncios no se encontraban originalmente en la misma página, pues se trata de un montaje.