La baraja Al Koran también conocida como "Miracle deck", el primer anuncio para comercializar esta baraja con este último nombre apareció en enero de 1959 en la revista The Gen, volumen 14 número 9. Es decir que Al Koran, nombre artístico del mago y mentalista Edward Doe, (1914 - 1972), en realidad divulgó el uso de esta baraja, pero no es el creador de la misma.
Se trata de una baraja trucada o como diría Juan Tamariz en este caso de una baraja preparada que en realidad es copia de la baraja ideada por Audley Walsh para el efecto "The magician's dream", que apareció en la página 298 del número 43 de la revista The Jinx en abril de 1948 con ella puede realizarse el efecto conocido como el efecto soñado por cualquier cartómago, es decir:
Efecto logrado con la baraja miracle deck o Al Koran, (the magician's dream): El mago muestra claramente por caras y dorsos una baraja que entrega al espectador, éste, mientras el mago permanece de espaldas, mezcla la baraja, elige libremente una carta, la devuelve a la baraja y vuelve a mezclar la misma sin que el cartómago en ningún momento toque los naipes. Acabado todo este proceso entrega la baraja al mago, quién increíblemente adivina la carta elegida por el espectador.
Preparación de la baraja: La baraja puede clasificarse entre las conocidas como barajas de forzaje, está compuesta por nueve series iguales de seis cartas cada una. Las series están compuestas de tres cartas de color rojo y otras tres de color negro, una de estas tres cartas rojas ha de ser una figura de palo distinto a las otras cartas de color negro. Otra de las cartas de color negro ha de ser también una figura de palo distinto a las otras dos de color rojo. Las otras dos cartas de cada uno de los colores rojo y negro serán una carta de valor bajo y otra de valor alto, así como una de valor par y otra de valor impar. A pesar de su aparente dificultad descriptiva se trata simplemente de seis cartas repetidas nueve veces, la baraja está compuesta de 54 naipes, En estas series, cada una de las cartas se diferencia del resto por uno o varios detalles, color rojo/negro, figura o no, valor par/impar, valor alto/bajo etc., lo que posibilita que el cartómago pueda mediante la realización de algunas preguntas encubiertas descubrir por eliminación de algunas de las características propias de cada naipe saber que carta ha elegido el espectador.
Una serie típica de una baraja Al Koran podría ser la siguiente: tres de picas, cuatro de diamantes, ocho de corazones, nueve de tréboles, jota de picas, dama de diamantes.
Manejo de la baraja explicación del efecto:
- Durante el transcurso de una actuación, se cambia la baraja que estamos usando en ese momento por la baraja Al Koran o baraja milagro, lógicamente el color y diseño del dorso de esta baraja será igual a la que estemos usando. El cambio se realiza por cualquiera de las técnicas de cold deck o mediante el cambio por olvido si es que no se es experto en las técnicas de cambios de barajas. También cabe la posibilidad inversa de comenzar nuestra actuación con la baraja Al Koran, realizar el cambio de ésta por el de una baraja normal una vez presentado el efecto y continuar nuestra actuación catomágica.
- La baraja se mezcla en falso por parte del mago, poco importa la técnica empleada, puede ser a la Thurston o una mezcla Zarow, acabada la mezcla se le da un corte verdadero.
- Se extiende la baraja en cinta de izquierda a derecha cara arriba para mostrar las caras de los naipes, dado que los índices de los naipes le quedan al revés y que el mago emplea como misdirection mirar a los ojos de los espectadores restando importancia a la extensión de cartas, éstos no advierten la repetición de cartas que se produce, concretamente cada cinco de ellas.
- Se recoge de forma despreocupada y sin precipitación la extensión de cartas, se vuelven cara abajo.
- Dirigiéndonos al público informamos que vamos a tratar de reproducir un milagro, para lo que pedimos la ayuda de uno de los espectadores al que entregamos la baraja.
- Damos la espalda al espectador ayudante, pero sin dejar de tener contacto visual con nuestro público, para ello nos interponemos entre el voluntario y el público, poniéndonos al mismo tiempo un poco hacia un lado de forma que no tapemos al público la visión del voluntario.
- Pedimos al voluntario que con la baraja a su espalda realice una mezcla, que escoja libremente una carta que puede ser del centro de la baraja, la lleve a la vista, la mire y la recuerde.
- Se pide al espectador que devuelva la carta a la baraja, que corte la misma. Estos pasos se irán describiendo de forma dramática por parte del cartómago para realzar en la mente de los espectadores la dificultad a la que se enfrenta el mago. Por último, se pide al espectador voluntario que vuelva a mezclar la baraja a su espalda para que de este modo ni el mismo pueda saber que lugar ocupa su carta en la baraja.
- El mago se vuelve de cara al voluntario y le pregunta si en las condiciones en las que se ha escogido y devuelto la carta a la baraja es posible saber la identidad de la misma. Dirá que no, si no lo hace lo dirá el mago enfatizando además el hecho de que ni siquiera el espectador es capaz de encontrar su carta.
- El mago dirá: "su carta... es roja?". Si el espectador contesta que si se prosigue con seguridad y confianza diciendo: "no, si no lo pregunto, afirmo que es roja y además sé otros muchos datos". Por el contrario, si el espectador nos dice que no, el mago proseguirá con la clásica broma: "¿no?, déjeme pensar..., vaya ya sé debe ser negra", el público reirá, el mago entonces prosigue "no, vamos ahora en serio a tratar de adivinar su carta".
- A partir de este momento el mago conoce a que serie de las dos pertenece la carta, si a la de color rojo o por el contrario a la de color negro, teniendo dos formas de adivinar la carta, una de ellas tocando el mago la baraja, la segunda sin tocar la baraja.
Se explica en primer lugar el método más sencillo de los dos, o aquel en el que el mago pide la baraja al espectador.
- Se pide la baraja al espectador, el mago extiende las cartas hacia sí por ejemplo con un abanico y extrae las tres cartas diferentes del color que ya sabe que es la carta elegida. Una de ellas la coloca en la parte superior de la baraja, otra en la parte inferior de la baraja, y la tercera la deja dorso arriba sobre la mesa.
- Sin darle importancia, y señalando hacia la carta que está sobre la mesa, el mago dice al espectador: "vuelva esa carta". El espectador lo hace, si la carta es la escogida por él lo demostrará con un gesto o palabra de asombro, si no lo hace le miraremos fijamente a los ojos para tratar de sacarle alguna reacción. Si se trata de la carta elegida se produce el clímax del efecto dando a este por concluido.
- Si la carta no es la elegida, el espectador dirá algo como "esta no es mi carta..." El mago no le deja acabar la frase y poniendo un dedo sobre sus labios en petición de silencio continúa diciendo casi en un susurro "concentrese..., concentrese en su carta".
- Se le pide que corte la baraja por donde quiera, dejando sobre la mesa dos paquetes de cartas