Esta baraja trucada se fabrica de la siguiente manera:
Tras mezclar se separa la baraja en dos mitades de 26 cartas cada una. Cada una de las 26 cartas que componen estas mitades tienen sus esquinas ligeramente recortadas. 26 naipes tendrán recortada la esquina superior derecha y su diagonal y los restantes 26 tendrán recortada la esquina superior izquierda y su diagonal. Al recortar las diagonales conseguimos que aunque la carta sea girada, seguirá funcionando de igual modo. La esquina puede recortarse estupendamente con un cortauñas.
Uno de los efectos que podemos conseguir con esta baraja:
A la vista del público se da media baraja a dos espectadores distintos, (esta debe ser cortada delante del público), cada uno de los espectadores mezcla y corta su media baraja. Cada uno de ellos escoge una carta de su media baraja y la introduce en la mitad del otro espectador. Los paquetes se vuelven a mezclar. Se entrega al mago una de las mitades y tras colocarla detrás de su espalda adivina la carta elegida inmediatamente. Se procede de igual modo con la otra mitad. Al introducir uno de los naipes en la mitad contraria, éste protruye por las esquinas cortadas, con lo que es fácilmente localizable al tacto o bien hojeando la esquina con el pulgar, este se detiene al llegar a la carta en cuestión.
Otra forma de revelar las cartas:
Una vez elegidas y devueltas las dos cartas a su mitad opuesta, se colocan las dos medias barajas sobre la mesa una junto a la otra. Se cubren con un pañuelo. Bajo la cobertura del pañuelo el mago localiza la carta gracias a que protruye por la esquina, se corta la baraja por la carta, se le da la vuelta y se coloca en el centro del paquete cara arriba. Se repite la misma operación con el otro paquete. Se retira el pañuelo y se hace nombrar a cada uno de los espectadores la carta elegida. Se extiende en cinta cada mitad cara abajo descubriendo la carta nombrada boca arriba entre la cinta de cartas cara abajo.
Jordan sugiere que se puede hacer el juego con un sólo espectador. Se le da a elegir una carta de la parte superior de la baraja y se reintegra en la parte inferior de la misma. Localizada la carta se le puede echar un vistazo o se puede cortar por ella.
Si se quiere reintegrar la carta en la misma mitad de la que procede y a pesar de ello encontrarla, se procede de la siguiente manera:
Cortar la baraja en sus dos mitades y colocarlas una junto a la otra sobre la mesa. Dar a elegir al espectador la mitad que desee. Mientras el mago se vuelve de espalda, el espectador elige una carta, la ve y la reintegra cara arriba en la media baraja de la que procede. El espectador mezcla el paquete y se lo da al mago que se encuentra de espaldas. Sin que el espectador lo sepa, al dar la vuelta a la carta y colocarla cara arriba en el paquete cara abajo, la carta funciona como si procediera de la otra mitad de la baraja, ya que la esquina protruye de igual modo. Localizar la carta y revelarla. Si alguien piensa que se trata de un golpe de suerte por parte del mago, el juego puede repetirse bajo condiciones más estrictas:
Colocar las dos mitades de la baraja cara abajo una junto a la otra sobre la mesa y dar a elegir al espectador de que mitad escogerá una carta. Una vez elegida la devuelve cara abajo en la otra mitad. Cogerá el paquete de cartas despreciadas, le dará la vuelta poniéndolo cara arriba y lo mezclará con una mezcla por hojeo con el paquete cara abajo, (el que contiene su carta). Entregará la baraja al mago que se encuentra de espalda. Ahora todas las cartas están en la misma dirección, sólo la carta elegida protruye, se busca gracias a la esquina sobresaliente y se lleva sobre la baraja. Se pone el paquete a la vista de todos, se pide al espectador que nombre su carta al tiempo que se la revela. Una vez acabado el juego Jordan hace remarcar que las cartas están todas boca arriba y boca abajo, lo que es molesto de solucionar, amparado en esta excusa lleva su mano al bolsillo y cambia la baraja trucada por una que no lo esté.