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shellgame Espero que disfruteis de la lectura de la traducción que he hecho del "Sharp and flat" de John Nevil Maskelyne.

He liberado también todo el apartado de técnicas cartomágicas. Proximamente liberaré otras lecturas igual de interesantes para que continúeis profundizando en este apasionante mundo de la cartomagia y del tahurismo. Un abrazo.

                                                                      Antonio.

 

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"La banca está perdida", caricatura de James Gillray de 1797, puede verse a la izquierda a Lady Buckinghamshire, a la derecha Lady ArcherSegún se desprende del estudio de la obra  "Estudio del siglo XVIII", volumen 33, páginas 481 a 504, la pasión por el juego en Inglaterra era desorbitada y afectaba por igual a todas las clases sociales, aunque este problema se hizo más patente, dramático y visible en la alta sociedad, donde personajes como la duquesa de Devonshire o Charles James Fox, (líder del partido liberal), podían perder en una sola noche, con una despreocupación estoica, el equivalente actual a varios millones de pesetas. La problemática social que representa el juego de azar tiende a agudizarse en épocas de incertidumbre social y política, tal y como sucedió en el Lady Archer por James Gillray, 1791 se ridiculiza su pasión por los cosméticos y se destaca su masculinidad al retratarla en traje de montar.Londres de 1790, donde una gran afluencia de inmigrados debido a la Revolución Francesa se tradujo en un aumento espectacular de casas de juego. En una época de privaciones alimentarias y de recursos, debido a las constantes guerras. Este comportamiento lúdico en el que la despreocupación por las pérdidas de grandes apuestas era algo normal, fue visto como una señal inequívoca de irresponsabilidad y degeneración moral de las clases pudientes, lo que ponía en riesgo la estabilidad económica y política del país. Debido a su comportamiento desordenado en los juegos de azar, la autoridad de Charles James Fox fue puesta en duda por todos los frentes políticos de la nación. Además, se hizo cada vez más difícil controlar el juego de azar en las clases sociales más bajas dada la tolerancia mostrada hacia el mismo por las clases más pudientes e influyentes del país. Estas críticas se agudizaron sobre todo en torno al papel de la mujer de la alta sociedad tardo georgiana, que chocaban frontalmente con las reflexiones de Edmund Burke sobre la Revolución francesa, considerando el papel de las mujeres como guardianas de las virtudes domésticas yCharles Bretherton, 1781, única caricatura amable de Lady archer, tenía cuarenta años en ese momento., en última instancia, de la salud moral de la nación. En esta sociedad machista chocaba el comportamiento de un grupo de mujeres conocidas como "las hijas del faro", damas de la alta sociedad que hicieron de este juego su principal medio de vida, e influyeron en la vida política del país debido a la presencia en sus mesas de faro de destacados personajes. Las damas faro más conocidas fueron Albinia Hobart, quién posteriormente se convertiría por matrimonio en la condesa de Buckinghamshire, Sarah West, quien también sería por matrimonio la baronesa Lady Archer, Lady Elizabeth Luttrell, la señora Concannon y la señora Sturt.
En esta época los hombres podían jugar libremente en clubes sociales como el White mientras que las mujeres debieron de hacerlo en reuniones privadas con el pretexto de ser veladas culturales ya sea musicales o teatrales. Lo cierto es que las hijas del Faro fueron anfitrionas de numerosos políticos y personajes relevantes de la sociedad, y en estas reuniones las bancas de Faro se mantuvieron hasta altas horas de la madrugada. Aunque el juego femenino no era algo nuevo en Inglaterra, pues este asunto ya es mencionado por el tahúr Charles Cotton en su libro de 1674 "The compleat gamester", estas damas adquirieron gran notoriedad pública, debido a la crítica descarnada que se hizo contra el juego femenino al ser el centro de atención de todos los periódicos, ya que se hicieron eco del asunto el Public Advertiser, el Morning Chronicle, el Morning Herald, el Times y el Morning Post. Estas críticas se hicieron a través de un arte cada vez más popular, la caricatura gráfica, que aseguraba la difusión de la noticia a lectores y analfabetos. Estas caricaturas, a menudo de contenido misógino, se centraron sobre todo en la figura de la "dama Faro" más conocida: lady Sarah Archer, a ella dedicaron gran parte de su trabajo caricaturistas como Isaac Cruikshank, Thomas Rowlandson, y más especialmente James Gillray, que la ridiculizaron, criticaron y pusieron constantemente en entredicho su feminidad destacando dos de sus grandes "pecados": su pasión por el juego de azar, concretamente el Faro, en el que era una experta tahúr, y su voluntad de prosperar socialmente.
Tras la "Proclamación contra el vicio" de Jorge III  de 1792, el primero en hablar públicamente de este asunto fue el jurista Ashurst, quién animó al Gran Jurado del Condado de Middlesex, a estar "vigilantes en la administración de la ley". Fiel a los ideales de la Ilustración, destacó la irracionalidad de los juegos de azar en términos de salud de la sociedad. Se legisló contra las mesas de faro, estableciendo una multa de 200 libras por administrar una banca de Faro y una multa de 50 libras por jugar. Estas damas eran además muy mal vistas debido a su carácter independiente, y porque se creía que tenían un papel activo en la política nada desdeñable, al influir sobre muchos de sus clientes, los cuales eran a veces altos cargos del estado. Era sabido que en sus mesas de Faro se solía hacer trampas, y apesar de ser éste un juego muy ventajosos para el punto, la afición de estas damas por garantizarse los favores del azar mediante artimañas de tahúr hacía casi imposible ganar en sus mesas. Se mantuvieron activas durante muchos años creyéndose que eran inmunes a la acción de la justicia debido a su alta posición social. El desgraciado accidente del joven Henry Weston puso fin a sus desmanes.

Lady Sarah Archer nació en 1741 como Sara West, era hija de un terrateniente. A la edad de veinte años contrajo matrimonio con el honorable Andrew Archer, quién siete años más tarde, a la muerte de su padre se convirtió en el segundo barón Archer de Umberslade. Sarah enviudó con treinta y siete años, su marido murió el día 18 de abril 1778, quedando al cuidado de tres hijas, (Harriet, María y Sara). Los caricaturistas le atribuyen una cuarta hija Anne. Su único hijo nació en 1781 y murió a muy corta edad. Era poco estimada por la prensa que la ridiculizó constantemente por su escaso atractivo y por su dependencia a los cosméticos. Su único delito parece haber sido que era una mujer independiente, que se atrevía a salir a la calle sin necesidad de ir de la mano de un acompañante masculino, además, era una experta jinete y conducía su propio carruaje phaeton del cual tiraban cuatro caballos grises. Este hecho motivó que los caricaturistas la retratasen casi siempre en traje de montar, para exagerar de esta manera su masculinidad. Debido a su adicción a los juegos de azar, usó la herencia de sus hijas para financiarse, lo que dificultó la independencia de las mismas, esto motivó otra serie de caricaturas en la que se cuestionaba su papel como madre. Murió en 1801.