La ludopatía, término sinónimo de juego patológico o juego compulsivo es un trastorno de la conducta que se caracteriza por la imposibilidad del sujeto de resistirse a los impulsos por jugar, acarreando además un grave perjuicio a los intereses personales, sociales, familiares y profesionales del jugador. No es un trastorno que aparezca de la noche a la mañana, es un proceso que puede tardar años en establecerse.
Puede decirse que una persona ha pasado de ser un jugador social u ocasional, cuando el juego le acarrea graves problemas familiares, y personales. Vive para el juego, careciendo de cualquier otro objetivo. Nada ilustra mejor la situación por la que pasa una persona convertida en jugador compulsivo que el cuadro adjunto a estas líneas, "El Grito" del que existen varias versiones, aunque en todas se representa una figura humana en primer plano. Pretende simbolizar un hombre moderno en un momento de profunda desesperación y angustia existencial, El paisaje del fondo del cuadro es Oslo, visto desde la colina de Ekeberg. Fue pintado por el pintor noruego Edward Munch en 1893.
Edward Munch fue un pintor noruego autodidacta muy influido por sus trágicas vivencias. Hijo de un médico de enfermos pobres, vio morir de tisis a su madre y a su hermana mayor cuando tenía catorce años. Fue la personalidad más influyente en el nacimiento del movimiento expresionista. Pintó en la década de 1890 una serie de cuadros denominada "El friso de la vida", a la que pertenece el cuadro "El grito", obra cargada de angustia y terror, en la que se representa un hombre, situado en primer plano con las manos tapándose los oídos para no oír su propio e incontenible grito; La figura está deformada hasta límites desconocidos en aquella época.
"La enfermedad, la locura y la muerte eran los ángeles negros que vigilaban mi cuna" escribiría el pintor.