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shellgame Espero que disfruteis de la lectura de la traducción que he hecho del "Sharp and flat" de John Nevil Maskelyne.

He liberado también todo el apartado de técnicas cartomágicas. Proximamente liberaré otras lecturas igual de interesantes para que continúeis profundizando en este apasionante mundo de la cartomagia y del tahurismo. Un abrazo.

                                                                      Antonio.

 

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george bryan brummellGeorge Bryan Brummell, más conocido como "Le Beau Brummell", nació el día siete de julio de 1778 era el menor de los hijos de una familia de clase media. Su padre William Brummell tenía grandes aspiraciones para su hijo menor, por lo que fue educado en Eton, donde destacaría en asuntos de moda, ya que modernizo la corbata blanca que identificaba hasta entonces a los alumnos de Eton. Continuó sus estudios en la Oxford University en la que estuvo únicamente un año. Ingresaría en el décimo regimiento de húsares como corneta, aunque pronto llegaría a capitán, lo que le valió la admiración del príncipe regente, el futuro George IV, manteniendo con él una estrecha amistad, ya que gustaba rodearse de personajes estrambóticos, pues solía sacrificar su dignidad en beneficio de la diversión. Retirado del ejército se estableció en Londres, donde estableció un modo de vestir basado en el rechazo a las prendas excesivamente adornadas de la época por otras más discretas pero hechas a medida, popularizó los pantalones largos en detrimento de los calzones y medias hasta las rodillas. Es considerado el inventor de la moda en Inglaterra.

Su vida como jugador:

George Brummell heredó de su padre una fortuna nada despreciable, ya que fueron 65.000 libras en una época en la que un artesano ganaba 52 libras al año. Sus relaciones con gente de un poder económico mucho mayor que el suyo le llevaron a gastar y a apostar sumas muy por encima de sus posibilidades. Era un jugador compulsivo y desmedido a quien gustaba arriesgar grandes sumas de dinero, apuestas de entre 25.000 y 30.000 libras de la época en cada jugada. Su amistad con el príncipe era la causa de que Brummell fuera respetado en numerosos clubs de caballeros como el White club de Londres, lo que le permitió tener crédito y ocultar durante varios años sus numerosas deudas de juego. Apostaba a cualquier cosa como puede atestiguarse en el "libro de apuestas" del Club para caballeros "White" de Londres. En este libro se solía apuntar las apuestas hechas por los caballeros por si el alcohol, por ejemplo, les impedía recordar lo apostado, ya que entonces las deudas de juego eran consideradas "deudas de honor". Se basaban este tipo de apuestas en especulaciones sobre hechos banales como por ejemplo la fecha de nacimiento o muerte de alguien concreto o cuál sería el sexo de un hijo esperado.

Algunas de las apuestas de Brummell pueden todavía verse en este libro:

12 de diciembre de 1812: El señor Brummell apuesta 200 guineas contra 20 con el señor Methuen a que Bonaparte volverá con vida a Paris.

12 de diciembre de 1812: El señor Brummell apuesta 100 guineas contra 10 con el señor Irby a que Bonaparte volverá a Paris.

15 de marzo de 1815: El capitán Capel apuesta 5 guineas con el señor Brummell a que Napoleón no encabezará el gobierno francés en Paris desde hoy en diez días.

Estos continuos excesos minaron su fortuna, cuando perdió el crédito tras su ruptura con el príncipe regente ya no pudo ocultar sus deudas, dejando sin pagar incluso una "deuda de honor" según se nos cuenta en la página 137 del libro de Donald A. Lowe "The regency underworld" la última apuesta de Brummell hecha en el club White fue en marzo de 1815 a que los borbones estarían en el trono de Francia el día uno del siguiente mayo. Esta apuesta fue anotada como no pagada el día 20 de enero de 1816.  

Caído en desgracia, sin el favor del príncipe y adeudando miles de libras George Brummell tuvo que huir a Francia concretamente a CalaiS, para evitar la prisión por deudas. Acabó su vida en la miseria, murió en Caen el día 30 de marzo de 1840 en el asilo Le Bon Sauveur presa de la locura provocada por la sífilis.

Según escribe donald A. Lowe, su caída en desgracia fue tan grande que en 1819 el hijo de un noble menor, el tipo de persona que antaño le rindiera pleitesía se atrevió a escribir en el libro de apuestas del club White: L. D. Yarmounth apuesta con Lord Glengall cinco guineas contra cien si George Brummell regresa a Londres antes de que Bomaparte regrese a Paris.

Su descarada osadía y su franqueza al hablar le acarrearon numerosos problemas, entre ellos su ruptura con el príncipe regente de la que no se conocen las causas ciertas. Según escribe Cynthia Campbell en la página 133 de su libro "The most polished gentleman" uno de estos incidentes ocurrió según recuerda el capitán Gronow, estando reunidos en el pabellón. Brummell arrojó su caja de rape al fuego después de que el obispo de Winchester, sin pensar en ello, la usara. El príncipe que sentía gran respeto por el clero lo consideró un insulto imperdonable, desde entonces su relación nunca fue igual.

Según los autores Philip Warthon y Grace Warthon describen en su libro "The Wits and beaux of society", parece ser que estando cenando con el príncipe, Brummell le pidió que tocara la campana del servicio, lo cual éste hizo, pero cuándo llegó el criado ordenó: "el carruaje del señor Brummell". Otra versión acerca de esta historia cuenta que habiéndosele pedido a Brummell que tocara la campana del servicio, este replicó: "su real alteza está mucho más cerca de la misma". Sea cual sea la verdad, el hecho es que ambos amigos se separaron. Brummell siempre negó esta historia manteniendo que las causas de su ruptura fueron los sarcasmos que dedicó al príncipe acerca de su creciente obesidad. Este incidente tuvo lugar en julio de 1813 en un baile de disfraces celebrado en el club Watier. Se encontraban Lord Alvanley, Henry Mildmay, Henry Pierrepoint y George Brummell, el príncipe regente saludó a Alvanley y a Pierrepoint pretendiendo no conocer a Mildmay y a Brummell mientras los miraba a la cara, lo que provocó la conocida expresión de Brummell: "Alvanley, ¿Quién es tu gordo amigo?".

Son numerosas las anécdotas protagonizadas por Brummell en las mesas de juego, algunas de las cuales veremos más adelante, su desprecio por el dinero y su osadía para con el juego dieron pie a muchas de ellas.