Akio Kashiwagi, nació en Fujiyoshida, Japón, formaba parte de la élite de jugadores internacionales conocidos en el mundo del juego como "whale", (ballena). Estos jugadores cuentan con una línea de crédito por parte de los casinos de no menos de un millón de dólares. A Akio le cabe el dudoso honor de ser la persona que más ha perdido en una sola sesión de juego, concretamente diez millones de dólares jugando al Baccarat, del que era un aficionado incondicional.
Inversor inmobiliario en Tokio, (Japón), se dice que mantuvo contactos con la Yakuza, (mafia japosesa que data del siglo XVII). Poco puede decirse de sus negocios y vida privada, ya que los mantuvo en el más estricto de los secretos. Sin embargo, se hizo tremendamente famoso en el mundo del juego de azar gracias a sus fabulosas ganancias y pérdidas al Baccarat. Solía pasar mucho tiempo en las mesas de este juego, hasta 80 horas seguidas, efectuaba grandes apuestas, por lo general rondaban los 100.000 o 200.000 dólares en una sola mano. No era temeroso de los juegos de azar ni de sus consecuencias, por lo que se ganó por parte de los empleados de los casinos el respetuoso apodo "The warrior", (el guerrero). Más que por sus disparatadas apuestas se hizo famoso por ser un grandioso ganador y perdedor del Baccarat. En febrero de 1990 el Trump Plaza Casino de Atlantic city fue crucial para Akio, ganó seis millones de dólares en una sola noche con sus habituales apuestas de 200.000 dólares, convirtiéndose en el hombre que más dinero ha ganado en una única sesión en la historia del Baccarat. Puso en un serio aprieto a Donald Trump, dueño del casino en aquel momento, que relata el episodio en su libro publicado el año 1997 "The art of comeback", explicando en el mismo que hasta que no conoció a Akio Kashiwagi se consideraba un inversor que hacía tratos basándose únicamente en hechos y razones obvias, pero el duelo con él, le hizo darse cuenta que se había convertido en un jugador, en sus propias palabras: "That I had become a gambler, something I never thought I was", (me convertí en un jugador, algo que nunca pensé que fuera). Akio había acudido al casino de Trump invitado por éste, ya que le conoció ese mismo año en una fiesta en Tokio cuándo patrocinó el combate de pesos pesados entre Mike Tyson y Buster Douglas. Donald Trump, deseoso de publicidad y recursos, rondó durante semanas a Akio Kashiwagi, esperando acudiera a sus recientes negocios en Atlanta City en, un financiero y propietario de casinos europeo a quién Akio acababa de ganar 20 millones de dólares en su casino australiano "Diamond beach", poniéndolo al borde de la bancarrota. Akio ganó 6 millones de dólares un año antes a Steve Wynn en su casino "Mirage" de las Vegas. El equipo directivo del casino advirtió a Trump del gran riesgo que suponía invitar a Akio Kashiwagi. El entonces director del casino John O'Donnell cuenta en sus memorias que: "El que Kashiwagi eligiera el Trump Plaza fue un enorme golpe de suerte para nosotros, ya que era el tipo de publicidad que estábamos buscando, pues era el complemento perfecto a la imagen mundial que estábamos desarrollando, mejorando la que Trump tenía de elegancia y riesgo". Como recuerda Trump en "The art of comeback", media hora después de iniciar la partida el casino ya perdía un millón de dólares, lo que le llevó a pensar: "Que demonios estoy haciendo. Los fondos disminuyen y estoy jugando con un tipo que puede ganar en unos pocos días 40 o 50 millones de dólares. Sí, he especulado en inmobiliaria basándome en juzgar rumores, pero esto no tiene nada que ver con la lógica o la razón. Estaba sentado viendo a uno de los mejores jugadores del mundo jugar contra mí a razón de setenta veces por hora y 250.000 dólares por mano". Pronto estuvo claro que la visita de Akio era un pírrico triunfo que podía poner al Trump Plaza fuera del negocio. De forma imprevista y molesto con los rumores, Akio siempre obsesionado con la privacidad, anunció que volvía a Tokio. En ese momento ganaba a Donald Trump 6 millones de dólares, éste no se lo tomó con deportividad, pues esperaba que Akio permaneciera varios días en lugar de los dos que estuvo alojado. Invitó a Kashiwagi a una segunda partida con la esperanza de que esta vez la suerte estuviera de su lado. Preocupado por las importantes pérdidas que había perdido frente a Akio, Trump consultó con un matemático de la RAND Corporation experto en probabilidad, concretamente con Jess Marcum, (un genio que desarrolló un método de conteo de cartas para el Blackjack, décadas antes que lo hiciera Edward Thorp), trabajó también en el desarrollo del radar y de la bomba de neutrones. Jess Marcum sabía que la única forma de compensar el escaso margen de la banca en el Baccarat, de apenas un uno por ciento, (1,36 % si se juega a punto y 1,17 % si se juega a banco), era mantener el juego activo durante tanto tiempo como fuera posible ya que el tiempo era el aliado de Trump. Recomendó una partida larga diciendo que las probabilidades de ganar de Akio, disminuirían cuántas más manos se jugaran. Antes de la partida se negoció con Akio que permanecería en la mesa de Baccarat hasta que duplicara su dinero o lo perdiera todo, la partida empezaría con unos fondos de 12 millones de dólares por parte de Akio. Esta fue la estratagema ideada por Marcum para obligar al japonés a permanecer en la mesa cuánto más tiempo mejor.
Lo cruel y caprichoso que puede ser el destino se puso de manifiesto en Mayo de ese mismo año, en el mismo casino y en la misma mesa realizó una apuesta de un millón de dólares, (previo acuerdo con el casino), abonándole dos millones en fichas de beneficio, lo malo es que posteriormente perdería 10 millones de dólares, con lo que Akio Kashiwagi se convirtió en el jugador más famoso de todos los tiempos. Irónicamente el destino había otorgado a un solo hombre los dos récords, convirtiéndole en el mayor ganador y en el mayor perdedor de la historia del baccarat.
Sus lazos con la Yakuza no pasaron desapercibidos, el tres de enero de 1992 Akio Kashiwagi fue encontrado muerto en su casa, con 150 heridas en su cuerpo, todas ellas hechas con una katana. En el momento de su muerte adeudaba a los casinos aproximadamente nueve millones de dólares.
Nota: La Yakuza, cuyo origen del vocablo data del shogunato tokugawa, (1603-1867), deriva irónicamente de un juego de cartas llamado Oicho-kabu, conocido también como Baccarat ninja muy popular entre los Bakuto, (jugadores profesionales itinerantes de Japón desde el siglo XVII hasta mediados del XX, de los que se cree deriva la Yakuza). Los jugadores deben aproximarse a nueve para ganar, restándose asimismo las decenas a la puntuación. En dicho juego, la peor mano consiste en un ocho, (yattsu del que se toma la partícula ya), en un nueve, (ku), y en un tres, (za deformación de san que significa tres) que sumados dan 20 y por tanto queda en 0, lo que no tiene ningún valor en el juego Ochio-kabu. Esta simbología se extrapola a que los miembros de la Yakuza no representan nada en la sociedad, siendo de nula utilidad para la misma, es decir perdedores, inadaptados sociales, que originalmente formaban el grueso de sus filas.
Noticia sobre la muerte de Akio Kashiwagi aparecida en el New York Times:
Libros:
"Como se hizo Donald Trump" editado por Capitán Swing, de David Cay Johnston, ISBN 9788494588693
"El arte de la negociación" publicado en 1987, escrito por Donald J. Trump y Tony Schwartz. Publicado en España por Grijalbo, ISBN 9788425320293