El sindicato griego, reyes del juego de alto riesgo.En la larga historia del Baccarat ha habido grandes jugadores, fue en sus inicios un juego destinado a las capas más altas de la sociedad y la nobleza. En la mesa de Bacarrat se han cruzado enormes fortunas. Entre sus jugadores más famosos aparte del mítico James Bond, se encuentran los integrantes del conocido como "Sindicato Griego del juego". Aunque el nombre elegido para este grupo de inversores no era el más adecuado debido a que sonaba a mafia, no era este el caso, además tampoco todos sus miembros eran de origen griego.
El grupo se formó en Paris en 1919, estaba constituido por Zaret Couyoumdjian jugador profesional procedente de Armenia, y los griegos Nicholás Zographos y Eli Eliopulo, tío de Zographos, como miembros fundadores, más tarde se les uniría Athanase Vagliano, magnate naviero, lo que dotó al grupo de fondos prácticamente ilimitados, lo que era una gran ventaja, pues se jugaba una versión de Bacarrat sin límite de apuesta. A la marcha de Vagliano se incorporó al grupo François André de origen francés y propietario en esa época del exclusivo club parisino Cercle Haussmann.
Todos ellos eran excepcionales jugadores, conocedores de las probabilidades y del mundo de las apuestas, dos de sus miembros eran además corredores de apuestas. Uno de sus miembros, Zographos, destacaba especialmente pues poseía unos nervios de acero al tiempo que hacía gala de una mente privilegiada desde su juventud para las matemáticas. Decidió aplicar esta capacidad a los juegos de azar, enfrentándose a ellos con un enfoque científico, era capaz de recordar todas las cartas repartidas durante una partida de Baccarat pues poseía una memoria fotográfica, logro nada desdeñable si tenemos en cuenta que se emplean 312 naipes durante el juego. Este conocimiento era muy útil a Zographos cuando debía apostar en base a los naipes que quedaban por salir del sabot. Poseía un agudo sentido de cuáles eran sus probabilidades de ganar en cada mano, así como un agudo instinto para desvelar cual era la jugada de sus adversarios. Sería el equivalente a lo que en la actualidad se denomina un contador de cartas en el Blackjack. Solía decir que "no existe la buena o la mala suerte", ya que únicamente confiaba en sus capacidades matemáticas afirmando que éstas "eran más una forma de inteligencia que una manifestación del destino". En cierta ocasión describió el juego de azar como una adicción y se describía a sí mismo como "un aviador que conoce que algún día se estrellará, pero que a pesar de ello insiste en volar", esto no se cumplió ya que pasó los tres últimos años de su vida en Suiza jugando tranquilamente al golf y entregando grandes sumas de dinero a sus causas de caridad favoritas. Zographos es tal vez la mayor leyenda surgida en el mundo del juego. Murió a consecuencia de un cáncer en mayo de 1953.
El sindicato griego siempre optó por constituirse en banca durante las partidas de Baccarat, lo que les ofrecía ventaja en términos de control del juego, siendo muy útil en este sentido la inmensa fortuna de Vagliano, que subía el límite de la banca de forma sustancial. Jugaron preferentemente en los casinos de Paris, Deauville y Monte Carlo, lo que se conoce como la Riviera, este fue el destino preferido de la alta sociedad desde principios de 1900 hasta el inicio de la Segunda Guerra Mundial. A mantener este status contribuyó de manera importante la realeza europea, ya que personajes como el Duque de Windsor, los reyes de Suecia, el rey Alfonso XIII, de España, Farouk el ex rey de Egipto, Manuel ex rey de Portugal, además, muchos famosos del cine tales como Charlie Chaplin, Ronald Colman, William Powell, Gloria Swanson, o de la canción, como Josephine Baker, Maurice Chevalier o María Callas. Se llegó a decir que Zographos y su banda atraían más turistas adinerados que el museo del Louvre y las Follies Bergeres juntos.
Los miembros del sindicato griego eran particularmente hábiles para reconocer victimas voluntarias, que se acercaban atraídos por el dinero y la fama adquirida por el grupo. En 1922 cuando gestionaban la banca se tomó la decisión de jugar Bacarrat en su modalidad de "tout va", es decir sin límite de apuestas. Para ello era indispensable la presencia de Athanase Vagliano, heredero de la naviera "Vagliano Bros", para hacer frente a una eventual racha de mala suerte.
A lo largo de sus años de juego el sindicato ganó inmensas fortunas a jugadores tan famosos como el Barón Henri de Rothschild, el rey Faruk de Egipto, o el príncipe Sultán del 48º Iman. Aunque ganaron a numerosos y conocidos mega millonarios, no siempre salieron victoriosos, en una ocasión perdieron el equivalente a 120.000 dólares a la hora frente a André Citroen, el conocido fabricante de automóviles, aunque posteriormente éste perdería 30 millones de francos, lo que supuso un gran quebranto para sus empresas.
Algunas historias legendarias rodean la figura de Zographos, como la que cuenta que en 1926 durante una mala racha, perdió en una semana la cantidad de más de 650.000 dólares, cifra más que suficiente para hacer tambalear una banca incluso del tamaño del Sindicato Griego. Zographos se tomó un descanso, reapareciendo días más tarde con un millón de francos, probablemente el último que tenía disponible el sindicato, el cual apostó a una única mano. Recibió dos figuras contra un ocho y un cinco de sus oponentes, pidió una tercera carta y recibió el nueve de diamantes, ganando la mano y entrando en una racha ganadora. A partir de entonces el nueve de diamantes fue usado por Zographos como un talismán, llevándolo en sus gemelos, corbatas e incluso en la bandera de su yate.
Vagliano abandonó el sindicato en 1928, muriendo al año siguiente. Zographos y los demás continuaron jugando al Baccarat, hacia 1930 controlaban este juego en su versión más cara en los principales casinos de Paris, Cannes y Montecarlo, fueron interrumpidos por la Segunda Guerra Mundial lo que pondría temporalmente fin a los juegos de azar en el continente europeo. Después de la guerra volvieron a jugar al Baccarat.
Zographos continuó jugando hasta su muerte, acaecida en 1953, tras haber acumulado cerca de cinco millones de dólares en ganancias. Tras estos avatares, el Sindicato perdió algo de su magia, una noche del año 1957 el famoso productor de películas Jack Warner y Darryl Zanuck formaban parte de un grupo que ganó al Sindicato 347.000 dólares, el sindicato tuvo una racha horrible en la que perdió más de 800.000 dólares, lo que prácticamente significó el final del mismo. Con un éxito mantenido durante casi tres décadas de juego, es improbable que volvamos a ser testigos de algo así en el mundo del juegos de azar.
De pasada se cita al Sindicato Griego en la película musical de 1933 "Flying down to Rio", la primera película en la que Fred Astaire hizo pareja con Ginger Rodgers.