Este principio matemático no está lo suficientemente explotado por la comunidad mágica a pesar de su sencillez y efectividad. Por otro lado, se trata de un principio que pasa totalmente inadvertido para los espectadores. Con él pueden conseguirse rutinas verdaderamente desconcertantes, además nos puede servir para el clásico forzaje del nueve, aunque personalmente cualquier forma matemática de dar a forzar una carta me parece algo complejo, innecesario y fuera de lugar mientras existan métodos basados en la técnica; mucho más lógicos, sencillos y directos como por ejemplo dar a escoger una carta libremente desde un abanico, devolverla a ese mismo abanico y efectuar a continuación un control al abanico de Paul le Paul. Personalmente antes de efectuar el control, cierro el abanico y abandono momentáneamente la baraja sobre la mesa, (si se tiene pericia no afecta al control), de este modo en la mente del espectador se fija la idea de que es imposible recuperar la carta pues toda la baraja está fuera del control del mago.
Volvamos al principio del nueve, generalizando viene a decir:
"Si a cualquier número le restamos la suma de sus cifras, el resultado siempre es un múltiplo de nueve."
Para una mejor comprensión del principio lo utilizamos para ejemplarizar el cásico forzaje del nueve, recordar que cualquier forzaje puede ser a su vez un método de revelación.
- Mirar si vamos a forzar, o colocar, si vamos a revelar, en la posición nueve desde el lomo de la baraja la carta del espectador.
- Decir al espectador que piense un número del 10 al 19 ambos incluídos.
- Se dan sobre la mesa una a una, tantas cartas como el número que ha pensado el espectador.
- Se suman las cifras del número pensado, si fue por ejemplo fue 12 el resultado es 3.
- Retirar de la parte de arriba del paquete de cartas de la mesa la suma alcanzada.
- La carta que está en la parte superior del paquete después de quitar el número de cartas indicada por la suma de los dígitos del número pensado, es la carta que deseábamos forzar o la elegida por el espectador si lo que se desea es revelarla. Es decir, la que inicialmente estaba en top 9, la novena desde el lomo de la baraja.
Se puede ampliar este forzaje o revelación, permitiendo que el espectador piense en un número mayor, entre 10 y 52:
Si colocamos cinco cartas, supongamos los cuatro Ases y un rey, (colocando cuatro cartas iguales sólo tendremos que recordar la distinta), en las posiciones desde el lomo de la baraja, 9, 18, 27, 37, 45, (como veis todos múltiplos de nueve), el espectador puede pensar en cualquier número entre 10 y 52, así:
Si piensa en un número entre el 10 y el 9, se fuerza la 9ª carta.
Si piensa en un número entre el 20 y el 29, se fuerza la 18ª carta.
Si piensa en un número entre el 30 y el 39, se fuerza la 27ª carta.
Si piensa en un número entre el 40 y el 49, se fuerza la 36ª carta.
Si piensa en un número entre el 50 y el 52, se fuerza la 45ª carta.
Un magnífico ejemplo de lo que puede obtenerse con este principio:
- El mago coge un número indeterminado de cartas de la baraja, la suma de los índices de todas ellas debe ser un número múltiple de nueve. Esto lo conseguimos de manera sencilla, para ello sólo hay que coger grupos de cartas pares o tríos que sumen nueve puntos, por ejemplo, un 4 y un 5, luego un 1, un 2 y un 6, un 5 y dos 2 etc. De este modo cogemos las cartas que deseemos.
- Damos ese paquete de cartas a un espectador y le decimos que las mezcle a voluntad y que corte el paquete.
- Le decimos que se guarde una de las cartas en el bolsillo sin verla.
- Las cartas restantes debe colocarlas sobre la mesa a voluntad en grupos separados de cartas. Los índices de las cartas de cada uno de estos grupos, formará un número. Pedimos al espectador que sume todos esos números en un papel que le habremos dejado al efecto.
- El espectador transmite al mago el número obtenido y éste adivina al momento que carta lleva el espectador en el bolsillo. El impacto es muy fuerte ya que todo el proceso lo ha realizado el espectador, mezcla, corte etc. El mago puede incluso estar alejado de la mesa vuelto de espaldas.
- Para obtener el resultado del juego, el mago sólo tiene que hacer una reducción del número dado por el espectador, es decir ir sumando las cifras que lo forman hasta reducirlo a una sola cifra. Es decir, obtener lo que se conoce en matemáticas como la raíz digital de un número. El resultado que obtenemos lo restamos de nueve o lo completamos hasta nueve, el número obtenido se corresponde con la carta que el espectador tiene guardada en el bolsillo y que ni el mismo conoce.